Angela Hall
En los últimos años se han popularizado los dispositivos de salud portátiles, y cada vez son más las personas que los utilizan para controlar su forma física y su salud. Estos dispositivos, que pueden llevarse en la muñeca, alrededor del cuello o enganchados a la ropa, utilizan sensores para recopilar datos sobre diversos aspectos de la salud y la actividad física de una persona. Los datos pueden utilizarse para mejorar la salud y el bienestar, así como para controlar y gestionar enfermedades crónicas.
El uso de estos dispositivos se está extendiendo rápidamente, impulsado por los avances tecnológicos y el creciente interés de los consumidores por controlar y gestionar su salud. Se espera que el mercado mundial de los wearables para la salud crezca significativamente en los próximos años, y los analistas prevén que alcance los 54.000 millones de dólares en 2024. Este crecimiento está impulsado por una serie de factores, como la creciente disponibilidad de dispositivos para llevar puestos, el aumento de la demanda de seguimiento de la salud personal y la creciente adopción de la tecnología de salud digital por parte de los proveedores de atención sanitaria.
Una de las principales ventajas de los dispositivos sanitarios portátiles es su capacidad de seguimiento y control de la actividad física. Estos dispositivos pueden registrar los pasos dados, las calorías quemadas y otros parámetros relacionados con la actividad física, lo que ayuda a las personas a conocer su nivel de actividad física y a tomar decisiones informadas sobre su salud y bienestar. Muchos de estos dispositivos también incluyen funciones como el control de la frecuencia cardiaca, el seguimiento del sueño e incluso el control del estrés, lo que proporciona una imagen completa de la salud y el bienestar de una persona.
Además del seguimiento de la actividad física, los wearables también pueden utilizarse para controlar y supervisar enfermedades crónicas. Por ejemplo, los wearables equipados con control continuo de la glucosa (CGM) pueden ayudar a las personas con diabetes a controlar sus niveles de azúcar en sangre y tomar decisiones informadas sobre su dieta y régimen de ejercicio. Otros, como los diseñados para personas con afecciones cardiacas, pueden controlar la frecuencia cardiaca y alertar al usuario de cualquier cambio que pueda indicar un infarto inminente.
Otra ventaja de los wearables es que pueden ayudar a mejorar la comunicación entre pacientes y profesionales sanitarios. Mediante el seguimiento y la monitorización de los parámetros de salud, los wearables pueden proporcionar a los profesionales sanitarios información valiosa sobre la salud del paciente, lo que les permite tomar decisiones de tratamiento más informadas. Esto también puede conducir a una gestión más eficaz de las enfermedades crónicas, y puede ayudar a reducir el riesgo de hospitalización u otros eventos adversos para la salud.
Además de sus ventajas para la salud y el bienestar de las personas, los wearables pueden transformar el sector sanitario en su conjunto. Al proporcionar a los profesionales sanitarios datos en tiempo real sobre la salud de los pacientes, los wearables pueden ayudar a mejorar los resultados de los pacientes, reducir el coste de la asistencia y aumentar la eficiencia. En particular, pueden utilizarse para controlar a los pacientes con enfermedades crónicas y ayudar a prevenir los reingresos hospitalarios, que pueden suponer un coste importante tanto para los pacientes como para el sistema sanitario.
A pesar de la creciente popularidad de los wearables, existe cierta preocupación por la seguridad y privacidad de los datos que recogen. Los wearables almacenan grandes cantidades de datos personales sensibles sobre la salud, y si estos datos caen en las manos equivocadas, podrían utilizarse con fines malintencionados. Para mitigar este riesgo, muchos fabricantes de wearables han implementado medidas de seguridad para proteger la privacidad de sus usuarios, como el cifrado y el almacenamiento seguro de los datos.
Estos dispositivos tienen el potencial de mejorar la salud y el bienestar, así como de transformar la industria sanitaria en su conjunto. Sin embargo, a medida que aumente el uso de estos dispositivos, será importante garantizar la protección de la privacidad y la seguridad de los datos que recopilan. Con las medidas adecuadas, los wearables tienen el potencial de revolucionar la forma en que abordamos la salud y el bienestar, y de mejorar la vida de millones de personas.